Es el Arte de la Mujer

febrero 09, 2021

Es el Arte de la Mujer

José Joaquín Díaz

 

Es el arte en tus caderas, el que a mí me acompleja,

agarro un sendero por tu abdomen, que me guía recto hasta tu cuello, todo con el fin de encontrarme esa sonrisa, aquella que preciso para avivar mis días, lo delicado y suave de tus manos, son el complemento ideal, para yo quedar enamorado, reavivas mis emociones, con cada tacto tuyo, al punto de hacerme perder por un limbo oscuro. Mas no siento miedo, puesto que recuerdo, lo cálido y acogedor que es tu pecho.

 

Ahí me siento a salvo, ahí me siento seguro, a lado tuyo no tengo temor alguno, son las pecas en tu rostro, como cientos de luceros, que al igual que una noche oscura, en donde solo son estrellas las que abundan, las que me iluminan y guían con ternura. Delicado es tu cuerpo, y yo siento el deber de protegerlo, de amarlo y sentirlo con deseo, de no olvidarme nunca, que es a ti a quien yo quiero.

 

Sedoso es tu pelo, tan largo que allí me pierdo, como si de una jungla de fragancias se tratase, en la que no puedo hacer más que enamorarme, en la que mientras más respiro, más vivo me percibo, cual atardecer al rojo vivo es el colorido lienzo de tu pelo, en el que no hago más que descansar, mientras acaricio esos pómulos, que nunca me dejaran de fascinar.

 

Tu sonrisa me deja más que cautivado, en efecto, me hace sentir apasionado, en ella encuentro una alegría e inocencia, que son parte elemental de esa mujer bella, aquella que no te quita nadie, aquella que no depende de nadie, aquella que solamente es tuya y que enardece vivazmente, junto a tus labios se une, formando un espectáculo visual, de belleza, ternura y sensualidad.

 

Al ver tu espalda no siento más que deseo, de agarrarte fuerte y decirte que te quiero, es como un camino de poesía, hecho con las más finas letras, que solo se ha de leer por el más lúcido escriba, con un delicado toque de lujuria y erotismo, y que, aun así, no pierde el sutil encanto de lo refinado y exquisito, me hace sentir entusiasmado y bendecido, el hecho de saber que tú duermes conmigo.

 

Los años han pasado, más para mí, tú no has cambiado, ya que al igual que el mejor de los vinos, te ves mejor con el pasar de los siglos,

sigues siendo la mujer de la que me eh enamorado, la que siempre me ha inspirado, la que jamás me ha abandonado y yo a ti tampoco, puesto que eres para mí, más de lo que algunas ves creí. Cada marca y cada cicatriz, es nuestra historia que vive en ti, al igual que en mí, vive ese deseo de todos los días seguir viviendo para ti.

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