“Me he convertido en la muerte: el destructor de mundos.”

-          Robert Oppenheimer. (1904-1967).

  Y así, te hemos de enviar. El terror de los cielos y la tierra; eres tú quien hace estremecer a quienes incluso habitan entre tinieblas, ni siquiera la propia ira de los cielos es equiparable a la furia que en ti reside. Es la propia muerte quien tiembla ante tu llegada, eres tú quien hace que el temor, miedo y agonía invada sus corazones. Eres tú quien provocará su final, y el comienzo de una nueva era. Pues fue por ese motivo porque fuiste concebido: "Abaddon, el ángel de la destrucción, hijo de los grandes celestiales; condenado a existir con el tormento de la ira. Naciste entre los más altos, más nunca pondrás un pie en el reino celestial."

Pues incluso haya arriba tiemblan con solo escuchar tu nombre...

Existen quienes hablan de tu venida, pobres impíos que se atreven a hablar por ti; contando relatos sin sentido de una supuesta llegada divina. Cuando la realidad es que ya habitas en la tierra: alimentando tu odio e ira con las retorcidas, crueles y salvajes vidas humanas. Indiferente ante el ojo promedio, pasas completamente desapercibido para cualquier criatura viva en la tierra; en cambio, nosotros quienes esperamos el momento del despertar de tu furia sabemos que poco y nada podemos hacer ante la destrucción que en tu nombre se anuncia.

Siendo fruto de la unión entre los seres más grandes y temibles del universo es comprensible por qué tanto recelo hacia tu fuerza. Pues ni los siete arcángeles uniendo todo su poder serían capaces de hacerte retroceder siquiera. "Apollyon" Ese es tu nombre, ni ángel, ni demonio: Incluso tú encuentras incertidumbre hacia tu identidad. Vives como un humano e incluso amas, odias y sientes como tal.

Es solo cuestión de tiempo para que reveles tu verdadera naturaleza y atemorices a todos con tu apariencia indescriptible para cualquiera, ni siquiera tus progenitores saben qué aspecto tomará el hijo de la luz y oscuridad al momento próximo al fin de los tiempos; el fin de la tierra y la raza humana, la destrucción de la realidad y el cosmos.

Descendiente de una especie noble y venerada, cuya tecnología y conocimiento son tan trascendentales que los mortales les confunden con dioses. Pero, ¿qué tan lejos están de serlo?, o, mejor dicho: ¿qué tan lejos estás tú de la divinidad?, pues eres tú la mano poderosa de Dios, el mesías oscuro...

“Y tienen por rey sobre ellos al ángel del abismo, cuyo nombre en hebreo es Abadón, y en griego, Apolión… O, destructor.”

Apocalipsis 9:11

-   José Joaquín Díaz.