Los actos de caridad y altruismo son algunos de los principales valores y principios que se nos inculcan desde la infancia. Siempre se ha planteado el hecho de que mientras más bondadoso y altruista seas, más feliz serás. Pero, ¿hasta qué punto es cierto?

Para Sócrates, la dicha y la virtud se ven reflejadas en los actos y no en el placer o las compensaciones que les siguen. Él dijo: «Aquel que obra bien encuentra satisfacción en el conocimiento de que ha obrado bien, y no en los placeres que a este le siguen...»

Debemos realizar actos que nos hagan sentir dichosos, sentir esa dicha en la obra y no en el reconocimiento posterior a esta; sin embargo, es muy importante resaltar que el individuo no será feliz si en la obra se ve perjudicado física o emocionalmente.

Una de las frases más reconocidas de Don Quijote de la Mancha fue: «El hacer bien a villanos es echar agua al mar.» Con esto se resalta un factor crucial, y es que, si durante el altruismo en una acción terminamos agotados, estresados y exhaustos, la dicha y compensación se ven opacadas y reducidas al mero placer y recompensa carnal o material, y no en la acción en sí, formando entonces una postura defensiva en la que el individuo se desgasta constantemente hasta culminar todo en un estado abrumador en donde se arrepiente de sus actos.

El ser debe encontrar dicha y virtud en la acción realizada y no en la adulación y placeres que se manifiestan; más este no debe verse perjudicado y afectado por la obra misma.

Si entregas más de lo que te brindas a ti mismo tarde o temprano te verás lastimado por ello; por ende, aquellos que te rodean también sufrirán. Lo ideal es ofrecer equitativamente a lo que mereces, ya que es necesario ser un poco egoístas en la vida si quieres ser feliz. Siempre es importante ser bueno contigo en primer lugar, para posteriormente, ser caritativo con quienes lo requieran de la forma en que sepas que es correcta.

El objetivo de ayudar y ser altruista es entregar de manera honesta y sincera la misma comprensión y asistencia que estés en capacidad de ofrecer al resto y a ti mismo, puesto que, de nada sirve regalar todo y quedarte sin nada. Si precisas hacer feliz a los demás, prioriza hacerte feliz, puesto que, si eres caritativo con el único objetivo de exigir y reclamar, tu fin e ideales se verán opacados y oscurecidos con la verdadera naturaleza egoísta de tus intenciones, y el tiempo dará la razón a quien tenga que. Mas si quieres ser feliz, recuerda siempre el ayudarte, quererte, respetarte, aconsejarte, guiarte y educarte, de igual forma como lo harías con el prójimo.

- José Joaquín Díaz Ollague.