Escúchame chico, pues este mensaje es para ti.
Escúchame chico, pues soy tu voz interna, aquella que no
recuerdas, aquella que silencias, aquella voz que tus miedos encarcelan, esa que
no quieren que oigas.
Desentierra tus temores, hazles frente y míralos a los
ojos, no te pido que no tengas miedo, por el contrario, sé que tienes miedo,
pero no permitas que ese miedo hablé y actué por ti, no permitas que tus miedos
hablen por mí. Enfréntate a ellos, desentiérralos y jamás permitas que te
transformen en un monstruo.
Escúchame chico, pues necesito que seas fuerte.
Escúchame chico, pues eres valiente, pero no es a mí a
quien debes demostrárselo si no a ti. Sé que lo eres, y debes creerte, al fin
de cuentas solo estás hablando contigo mismo.
No eres más que un reflejo de mí, tu propia voz, como yo
lo soy de ti. Y al igual que tú, yo también tengo miedo, yo también callo, yo
también sufro en tu mismo silencio. Pero, esto no se trata de dos, si no de
uno, un solo cuerpo, una sola mente, una sola llaga, profunda como el mar
mismo. Y si sigues aquí, es porque eres más fuerte de lo que tú mismo crees,
pero no quiero que solo lo pienses, también quiero que lo sientas.
Escúchame chico, pues tú te necesitas.
Escúchame chico, pues yo lo necesito. La verdadera
fortaleza del valiente, no se mide en su físico, no se mide por sus lujos, no
se mide por lo burdo. La verdadera fortaleza se mide en el carácter, y en la
fuerza de tus lágrimas.
Esto no se trata de supervivencia, se trata de vivir. Sal
al mundo y vive la realidad tal y como es, pero no busques redención en mí, búscala
solo y exclusivamente para ti. Vive, pero no lo pienses, tan sólo siéntelo. Y, antes
de que digas nada, permíteme interrumpirte pues sé que tienes mucho que decir,
mucho que expresar, y mucho por lo que llorar. Pero, quiero que pienses, hables
y actúes de la misma forma en que lo harías llorando, solo cuando realmente es
necesario y sabes que te hace bien.
Escúchame chico, pues el mundo quiere escucharte también.
Escúchame chico, pues antes de abrirle tu corazón al
mundo, tienes que abrirlo para ti.
Antes de que ellos vengan a humillarte, tú te humillarás
primero, antes de que ellos vengan a lastimarte, tú lo harás primero, y
finalmente, antes de que ellos vengan a matarte, tú lo intentarás primero. Y
sus palabras y acciones solo tienen peso, porque se reflejan en las tuyas.
Escúchame bien cuando te exijo que no permitas que eso siga así, termina el
ciclo y busca redención. Pero, no para nadie más que no seas tú.
Escucha tu corazón chico, pues solo él guarda tus alegrías
e ilusiones.
Escucha tu valor chico, pues no existe acto más valiente
que huir de una pelea.
Escucha tu dolor chico, no lo ignores, pues también forma
parte de tu vida.
Escucha tu determinación, ya que ella te levantará en tus
momentos de necesidad.
Escucha tu voluntad, pues es su palabra la única acción que está por
encima de la ley.
Y finalmente, escúchame a mí. Tus ganas de vivir.